jueves, 31 de enero de 2013

El hidroavión gigante DO-X

                                                                              
         En este momento estoy dudando si comprar la maqueta "REVELL" 04066 Dornier DO-X, correspondiente al hidroavión DO-X construído por la alemana Dornier. Este espectacular hidroavión, con sus 12 motores, amaró en la bahía de Santander el 20 de Noviembre de 1930. Aunque el hecho de por sí ya suscita cierto interés, se dá la circunstancia de que mi padre, Fernando Alvear, fue invitado especial a comer en él en calidad de Director de la factoría CAMPSA que le suministraba el combustible necesario para proseguir su vuelo inaugural a Brasil.
        Adjunto fotos y documentacón relativa a tan curiosa anécdota  que con seguridad, soy yo la única persona que actualmente la conoce y recuerda.                                                                            


                                                                          





 

Para leerlo mejor, puedes hacer enlace a la hemeroteca de ABC pinchando aquí:

http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/sevilla/abc.sevilla/1930/11/21/022.html


miércoles, 30 de enero de 2013

Hstoria de una vieja imagen.


                                                                                                                      29-ENE-2013

MI VIRGENCITA


            Esta es la pequeña historia de una pequeña imagen, una imagen que me ha acompañado nada menos que a largo de los últimos 82 años de los 90 que hoy tengo a mis espaldas.

            Mis padres (Fernando Alvear y Lolita Casanueva) llegaron al pueblo de El Astillero (Cantabria) en el año 1928, a hacerse cargo de la dirección de las Factorías de CAMPSA en dicha provincia. Es de suponer que al poco tiempo resultaran totalmente integrados con el pueblo y en el pueblo por lo que, redondeando, establezco el año 1930 como el año en que las monjitas del asilo-convento de La Caridad incluyeran a mi familia en la lista de visitas regulares de su capilla domiciliaria que, con una imagen de la Virgen Milagrosa hacía un recorrido-estancia cíclica entre diversas familias de El Astillero a cambio de una pequeña limosna como medio de contribuir al mantenimiento del asilo-convento.

            Fue así como, sin darnos cuenta, esta capillita, su imagen, iba haciéndose tan familiar y entrañable que llegó a formar parte inseparable de nuestra familia hasta el punto de sentir que se la llevaran una vez que cumplía su turno de estancia en casa. Recuerdo como si fuera hoy, la devoción que a todos inspiraba, y cómo todos nos despedíamos de esta virgencita cada noche antes de acostarnos... Ciertamente, para muchas personas esto rayará en el absurdo, en la santería y en la superstición más irracional... Pero era así. Fue así. Y yo sólo estoy narrando hechos.

            Pasa el tiempo. Pasan los años y estamos ya en el 18 de Julio de 1936. Comienza la terrible guerra civil española. Nuestra Terrible Guerra Civil. Y, casualmente, la provincia de Santander (Hoy Cantabria), queda en zona republicana. Y casualmente también, nuestra virgencita se encuentra en esos momentos en nuestra familia, en nuestra casa. Sabido es el grave riesgo que en aquellos primeros momentos de la guerra se corría en  lo tocante a cualquier tema religioso, "de curas". Sí: estaba la situación tan tensa que por el mero hecho de tener una imagen, cualquier pandilla de incontrolados podía fusilarte. Fueron horas, días, de chivatazo, de rencillas personales, de venganzas personales con resultado de muerte. Temblábamos. Porque temblaba todo el mundo.

Recuerdo que mis padres sacaron a la virgencita de su capilla. En secreto, se quemó la capilla. Pero la virgencita, medio oculta, quiso quedarse entre nosotros.

            Fueron incontables las situaciones de riesgo de todo tipo que sufrimos durante los cuatro años que duró la guerra civil. Muchos y enormemente graves. Y de todos, todos salimos indemnes.

            Al morir mis padres y repartir sus cosas entre los hermanos yo, entre otras cosas, elegí la imagen de nuestra virgen.

            No quiero desmigar detalles de su presencia en la vida de mi familia. Pero eso no quiere decir que no los haya, que no pudiera contarlos... Porque me consta su influencia siempre favorable. Siempre su ayuda. Para mí, innegable. Negarla sería desagradecimiento. Y no soy ningún lerdo ni supersticioso ignorante.

            Por ejemplo: He superado un mal cáncer. Puede explicarlo perfectamente la ciencia.

Y ya he cumplido los 90 años. Hay unos cuantos que tienen más...

            Y hay mucho resabidillo que cree saberlo todo...hasta que llega a otra edad.

            Vale.

            Y llegamos al día de hoy, 29 de Enero del 2013, día en que acabo de restaurar la imagen de "mi virgencita". Por sugerencia de alguno de mis hijos, y previo presupuesto profesional (400 €, demasiado para mi ajustada economía...), decido restaurarla yo mismo.

            Tras tantos años, aparte de los inevitables golpes, roturas, desconchones y deterioro naturales por el paso del tiempo, un mal día años atrás no se me ocurrió otra cosa que pintarla de negro con un spray. Totalmente. De pies a cabeza.

Me encantó cómo quedaba.

¡Pero qué disparate había hecho...!

Negra ha permanecido, presidiendo mi taller casero de aficionado, para ayudarme en el "trabajo"...y en nuestra vida.

            Hasta que, conscientemente y cayendo en la cuenta del disparate cometido al pintarla de negro, llevaba ya tiempo pensando en restaurarla a su aspecto original antiguo.

Hoy, por fin, lo he conseguido. Quizá no haya quedado tan bien cómo una restauración profesional, pero queda ...bien. y mis hijos podrán decir "La restauró mi padre a los 90 años..."


Finalmente, una observación: Reconociendo la devoción que MERECIDAMENTE la profeso, en la cara inferior de la peana de la imagen he pegado lo siguiente:


                        Viviendo en El Astillero,

                    unas pobres monjitas pasaban

                  esta virgen por las casas en una

             capillita de madera, pidiendo una limosna.

         18 de Julio de 1936: Comienza la terrible Gue-

      rra Civil y, casualmente, la virgen estaba en casa

  de mis padres Fernando Alvear y Lolita Casanueva.

 Y en ella se queda. Para siempre.

        Yo escribo esto hoy, en el año 2010, porque es mi

 deseo que esta virgencita continúe en la familia. Para

 siempre. Que no se pierda ni se separe de nosotros

 porque, yo que no creo mucho en los milagros, asegu-

 ro que que a lo largo de mis actuales 88 años de vi-

 da, ha sido muy clara su ayuda en esos momentos

 difíciles en que desesperadamente se clama por ella.

         No me la abandonéis, que siempre ha estado

        conmigo. Entre vosotros, poneos de acuerdo y

            que alguno se la lleve a casa...

                 Y que siga con los hijos de los hijos.

                       Siempre. Para siempre.

                         Vuestro padre Fernando.



Espero que cumpláis este mi deseo.


                                                               Mi virgencita casi restaurada....


                                    Capilla domiciliaria clásica de la época. Con lista de visitas.

martes, 29 de enero de 2013

Historia de una imagen


                                                                                                                      29-ENE-2013

MI VIRGENCITA

            Esta es la pequeña historia de una pequeña imagen, una imagen que me ha acompañado nada menos que a largo de los últimos 82 años de los 90 que hoy tengo a mis espaldas.

            Mis padres (Fernando Alvear y Lolita Casanueva) llegaron a el pueblo de El Astillero (Cantabria) en el año 1928, a hacerse cargo de la dirección de las Factorías de CAMPSA en dicha provincia. Es de suponer que al poco tiempo resultaran totalmente integrados con el pueblo y en el pueblo por lo que, redondeando, establezco el año 1930 cómo el año en que las monjitas del asilo-convento de La Cariad incluyeran a mi familia en la lista de visitas regulares de su capilla domiciliaria que, con una imagen de la Virgen Milagrosa hacía un recorrido-estancia cíclica entre diversas familias de El Astillero a cambio de una pequeña limosna cómo medio de contribuir al mantenimiento del asilo-convento.

            Fue así cómo, sin darnos cuenta, esta capillita, su imagen, iba haciéndose tan familiar y entrañable que llegó a formar parte inseparable de nuestra familia hasta el punto de sentir que se la llevaran una vez que cumplía su turno de estancia en casa. Recuerdo cómo si fuera hoy, la devoción que a todos inspiraba, y cómo todos nos despedíamos de esta virgencita antes de acostarnos... Ciertamente, para muchas personas esto rayará en el absurdo, en la santería y  en la superstición más irracional... Pero era así. Fue así. Y yo sólo estoy narrando hechos.

            Pasa el tiempo. Pasan los años y estamos ya en el 18 de Julio de 1936. Comienza la terrible guerra civil española. Nuestra Terrible Guerra Civil. Y, casualmente, la provincia de Santander (Hoy Cantabria), queda en zona republicana. Y casualmente también, nuestra virgencita se encuentra en esos momentos en nuestra familia, en nuestra casa. Sabido es el grave riesgo que en aquellos primeros momentos de la guerra se corría en zona "roja" en lo tocante a cualquier tema religioso, "de curas". Sí: estaba la situación tan tensa que por el mero hecho de tener una imagen, cualquier pandilla de incontrolados podía fusilarte. Fueron horas, días, de chivatazo, de rencillas personales, de venganzas personales con resultado de muerte. Temblábamos. Porque temblaba todo el mundo.

Recuerdo que mis padres sacaron a la virgencita de su capilla. En secreto, se quemó la capilla. Pero la virgencita, medio oculta, quiso quedarse entre nosotros.

            Fueron incontables las situaciones de riesgo de todo tipo que sufrimos durante los cuatro años que duró la guerra civil. Muchos y enormemente graves. Y de todos, todos salimos indemnes.

            Al morir mis padres y repartir sus cosas entre los hermanos yo, entre otras cosas, elegí la imagen de nuestra virgen.

            No quiero desmigar detalles de su presencia en la vida de mi familia. Pero eso no quiere decir que no los haya, que no pudiera contarlos... Porque me consta su influencia siempre favorable. Siempre su ayuda. Para mí, innegable. Negarla sería desagradecimiento. Y no soy ningún lerdo ni supersticioso ignorante.

            Por ejemplo: He superado un mal cáncer. Puede explicarlo perfectamente la ciencia.

Y ya he cumplido los 90 años. Hay unos cuantos que tienen más...

            Y hay mucho resabidillo que cree saberlo todo...hasta que llega a otra edad.

            Vale.

            Y llegamos al día de hoy, 29 de Enero del 2013, día en que acabo de restaurar la imagen de "mi virgencita". Por sugerencia de alguno de mis hijos, y previo presupuesto profesional, decido restaurarla yo mismo.

            Tras tantos años, aparte de los inevitables golpes, roturas, desconchones y deterioro naturales por el paso del tiempo, un mal día años atrás no se me ocurrió otra cosa que pintarla de negro con un spray. Totalmente. De pies a cabeza.

Me encantó cómo quedaba.

¡Pero qué disparate había hecho...!

Negra ha permanecido, presidiendo mi taller, para ayudarme en el trabajo...y en nuestra vida.

            Hasta que, conscientemente y cayendo en la cuenta del disparate cometido al pintarla de negro, llevaba ya tiempo pensando en restaurarla a su aspecto original antiguo.

Hoy, por fin, lo he conseguido. No quedará tan bien cómo una restauración profesional, pero queda ...bien. y mis hijos podrán decir "La restauró mi padre a los 90 años..."

 

Finalmente, una observación: Reconociendo la devoción que MERECIDAMENTE la profeso, en la cara inferior de la peana de la imagen he pegado lo siguiente:

 

                        Viviendo en El Astillero,

                    unas pobres monjitas pasaban

                  esta virgen por las casas en una                                            

             capillita de madera, pidiendo una limosna.

         18 de Julio de 1936: Comienza la terrible Gue-

      rra Civil y, casualmente, la virgen estaba en casa

  de mis padres Fernando Alvear y Lolita Casanueva.

 Y en ella se queda. Para siempre.

        Yo escribo esto hoy, en el año 2010, porque es mi

 deseo que ésta virgencita continúe en la familia. Para

 siempre. Que no se pierda ni se separe de nosotros

 porque, yo que no creo mucho en los milagros, asegu-

 ro que que a lo largo de mis actuales 88 años de vi-

 da, ha sido muy clara su ayuda en esos momentos

 difíciles en que desesperadamente se clama por ella.

         No me la abandoneis, que siempre ha estado

        conmigo. Entre vosotros, ponéos de acuerdo y

            que alguno se la lleve a casa...

                 Y que siga con los hijos de los hijos.

                       Siempre. Para siempre.

                         Vuestro padre Fernando.

 

 

Espero que lo cumplais.
 
                                                       
                                                          
 

                                    

 

 

 

 

                                                                                                                      29-ENE-2013 

MI VIRGENCITA 

            Esta es la pequeña historia de una pequeña imagen, una imagen que me ha acompañado nada menos que a largo de los últimos 82 años de los 90 que hoy tengo a mis espaldas.

            Mis padres (Fernando Alvear y Lolita Casanueva) llegaron a el pueblo de El Astillero (Cantabria) en el año 1928, a hacerse cargo de la dirección de las Factorías de CAMPSA en dicha provincia. Es de suponer que al poco tiempo resultaran totalmente integrados con el pueblo y en el pueblo por lo que, redondeando, establezco el año 1930 cómo el año en que las monjitas del asilo-convento de La Cariad incluyeran a mi familia en la lista de visitas regulares de su capilla domiciliaria que, con una imagen de la Virgen Milagrosa hacía un recorrido-estancia cíclica entre diversas familias de El Astillero a cambio de una pequeña limosna cómo medio de contribuir al mantenimiento del asilo-convento.

            Fue así cómo, sin darnos cuenta, esta capillita, su imagen, iba haciéndose tan familiar y entrañable que llegó a formar parte inseparable de nuestra familia hasta el punto de sentir que se la llevaran una vez que cumplía su turno de estancia en casa. Recuerdo cómo si fuera hoy, la devoción que a todos inspiraba, y cómo todos nos despedíamos de esta virgencita antes de acostarnos... Ciertamente, para muchas personas esto rayará en el absurdo, en la santería y  en la superstición más irracional... Pero era así. Fue así. Y yo sólo estoy narrando hechos.

            Pasa el tiempo. Pasan los años y estamos ya en el 18 de Julio de 1936. Comienza la terrible guerra civil española. Nuestra Terrible Guerra Civil. Y, casualmente, la provincia de Santander (Hoy Cantabria), queda en zona republicana. Y casualmente también, nuestra virgencita se encuentra en esos momentos en nuestra familia, en nuestra casa. Sabido es el grave riesgo que en aquellos primeros momentos de la guerra se corría en zona "roja" en lo tocante a cualquier tema religioso, "de curas". Sí: estaba la situación tan tensa que por el mero hecho de tener una imagen, cualquier pandilla de incontrolados podía fusilarte. Fueron horas, días, de chivatazo, de rencillas personales, de venganzas personales con resultado de muerte. Temblábamos. Porque temblaba todo el mundo.

Recuerdo que mis padres sacaron a la virgencita de su capilla. En secreto, se quemó la capilla. Pero la virgencita, medio oculta, quiso quedarse entre nosotros.

            Fueron incontables las situaciones de riesgo de todo tipo que sufrimos durante los cuatro años que duró la guerra civil. Muchos y enormemente graves. Y de todos, todos salimos indemnes.

            Al morir mis padres y repartir sus cosas entre los hermanos yo, entre otras cosas, elegí la imagen de nuestra virgen.

            No quiero desmigar detalles de su presencia en la vida de mi familia. Pero eso no quiere decir que no los haya, que no pudiera contarlos... Porque me consta su influencia siempre favorable. Siempre su ayuda. Para mí, innegable. Negarla sería desagradecimiento. Y no soy ningún lerdo ni supersticioso ignorante.

            Por ejemplo: He superado un mal cáncer. Puede explicarlo perfectamente la ciencia.

Y ya he cumplido los 90 años. Hay unos cuantos que tienen más...

            Y hay mucho resabidillo que cree saberlo todo...hasta que llega a otra edad.

            Vale.

            Y llegamos al día de hoy, 29 de Enero del 2013, día en que acabo de restaurar la imagen de "mi virgencita". Por sugerencia de alguno de mis hijos, y previo presupuesto profesional, decido restaurarla yo mismo.

            Tras tantos años, aparte de los inevitables golpes, roturas, desconchones y deterioro naturales por el paso del tiempo, un mal día años atrás no se me ocurrió otra cosa que pintarla de negro con un spray. Totalmente. De pies a cabeza.

Me encantó cómo quedaba.

¡Pero qué disparate había hecho...!

Negra ha permanecido, presidiendo mi taller, para ayudarme en el trabajo...y en nuestra vida.

            Hasta que, conscientemente y cayendo en la cuenta del disparate cometido al pintarla de negro, llevaba ya tiempo pensando en restaurarla a su aspecto original antiguo.

Hoy, por fin, lo he conseguido. No quedará tan bien cómo una restauración profesional, pero queda ...bien. y mis hijos podrán decir "La restauró mi padre a los 90 años..."

 

Finalmente, una observación: Reconociendo la devoción que MERECIDAMENTE la profeso, en la cara inferior de la peana de la imagen he pegado lo siguiente:

 

                        Viviendo en El Astillero,

                    unas pobres monjitas pasaban

                  esta virgen por las casas en una

             capillita de madera, pidiendo una limosna.

         18 de Julio de 1936: Comienza la terrible Gue-

      rra Civil y, casualmente, la virgen estaba en casa

  de mis padres Fernando Alvear y Lolita Casanueva.

 Y en ella se queda. Para siempre.

        Yo escribo esto hoy, en el año 2010, porque es mi

 deseo que ésta virgencita continúe en la familia. Para

 siempre. Que no se pierda ni se separe de nosotros

 porque, yo que no creo mucho en los milagros, asegu-

 ro que que a lo largo de mis actuales 88 años de vi-

 da, ha sido muy clara su ayuda en esos momentos

 difíciles en que desesperadamente se clama por ella.

         No me la abandoneis, que siempre ha estado

        conmigo. Entre vosotros, ponéos de acuerdo y

            que alguno se la lleve a casa...

                 Y que siga con los hijos de los hijos.

                       Siempre. Para siempre.

                         Vuestro padre Fernando.

 

 

Espero que lo cumplais.

 

 

 

 

 

 

Historia de una imagen


29-ENE-2013

 

MI VIRGENCITA

 

            Esta es la pequeña historia de una pequeña imagen, una imagen que me ha acompañado nada menos que a largo de los últimos 82 años de los 90 que hoy tengo a mis espaldas.

            Mis padres (Fernando Alvear y Lolita Casanueva) llegaron a el pueblo de El Astillero (Cantabria) en el año 1928, a hacerse cargo de la dirección de las Factorías de CAMPSA en dicha provincia. Es de suponer que al poco tiempo resultaran totalmente integrados con el pueblo y en el pueblo por lo que, redondeando, establezco el año 1930 cómo el año en que las monjitas del asilo-convento de La Cariad incluyeran a mi familia en la lista de visitas regulares de su capilla domiciliaria que, con una imagen de la Virgen Milagrosa hacía un recorrido-estancia cíclica entre diversas familias de El Astillero a cambio de una pequeña limosna cómo medio de contribuir al mantenimiento del asilo-convento.

            Fue así cómo, sin darnos cuenta, esta capillita, su imagen, iba haciéndose tan familiar y entrañable que llegó a formar parte inseparable de nuestra familia hasta el punto de sentir que se la llevaran una vez que cumplía su turno de estancia en casa. Recuerdo cómo si fuera hoy, la devoción que a todos inspiraba, y cómo todos nos despedíamos de esta virgencita antes de acostarnos... Ciertamente, para muchas personas esto rayará en el absurdo, en la santería y  en la superstición más irracional... Pero era así. Fue así. Y yo sólo estoy narrando hechos.

            Pasa el tiempo. Pasan los años y estamos ya en el 18 de Julio de 1936. Comienza la terrible guerra civil española. Nuestra Terrible Guerra Civil. Y, casualmente, la provincia de Santander (Hoy Cantabria), queda en zona republicana. Y casualmente también, nuestra virgencita se encuentra en esos momentos en nuestra familia, en nuestra casa. Sabido es el grave riesgo que en aquellos primeros momentos de la guerra se corría en zona "roja" en lo tocante a cualquier tema religioso, "de curas". Sí: estaba la situación tan tensa que por el mero hecho de tener una imagen, cualquier pandilla de incontrolados podía fusilarte. Fueron horas, días, de chivatazo, de rencillas personales, de venganzas personales con resultado de muerte. Temblábamos. Porque temblaba todo el mundo.

Recuerdo que mis padres sacaron a la virgencita de su capilla. En secreto, se quemó la capilla. Pero la virgencita, medio oculta, quiso quedarse entre nosotros.

            Fueron incontables las situaciones de riesgo de todo tipo que sufrimos durante los cuatro años que duró la guerra civil. Muchos y enormemente graves. Y de todos, todos salimos indemnes.

            Al morir mis padres y repartir sus cosas entre los hermanos yo, entre otras cosas, elegí la imagen de nuestra virgen.

            No quiero desmigar detalles de su presencia en la vida de mi familia. Pero eso no quiere decir que no los haya, que no pudiera contarlos... Porque me consta su influencia siempre favorable. Siempre su ayuda. Para mí, innegable. Negarla sería desagradecimiento. Y no soy ningún lerdo ni supersticioso ignorante.

            Por ejemplo: He superado un mal cáncer. Puede explicarlo perfectamente la ciencia.

Y ya he cumplido los 90 años. Hay unos cuantos que tienen más...

            Y hay mucho resabidillo que cree saberlo todo...hasta que llega a otra edad.

            Vale.

            Y llegamos al día de hoy, 29 de Enero del 2013, día en que acabo de restaurar la imagen de "mi virgencita". Por sugerencia de alguno de mis hijos, y previo presupuesto profesional, decido restaurarla yo mismo.

            Tras tantos años, aparte de los inevitables golpes, roturas, desconchones y deterioro naturales por el paso del tiempo, un mal día años atrás no se me ocurrió otra cosa que pintarla de negro con un spray. Totalmente. De pies a cabeza.

Me encantó cómo quedaba.

¡Pero qué disparate había hecho...!

Negra ha permanecido, presidiendo mi taller, para ayudarme en el trabajo...y en nuestra vida.

            Hasta que, conscientemente y cayendo en la cuenta del disparate cometido al pintarla de negro, llevaba ya tiempo pensando en restaurarla a su aspecto original antiguo.

Hoy, por fin, lo he conseguido. No quedará tan bien cómo una restauración profesional, pero queda ...bien. y mis hijos podrán decir "La restauró mi padre a los 90 años..."

 

Finalmente, una observación: Reconociendo la devoción que MERECIDAMENTE la profeso, en la cara inferior de la peana de la imagen he pegado lo siguiente:

 

                        Viviendo en El Astillero,

                    unas pobres monjitas pasaban

                  esta virgen por las casas en una

             capillita de madera, pidiendo una limosna.

         18 de Julio de 1936: Comienza la terrible Gue-

      rra Civil y, casualmente, la virgen estaba en casa

  de mis padres Fernando Alvear y Lolita Casanueva.

 Y en ella se queda. Para siempre.

        Yo escribo esto hoy, en el año 2010, porque es mi

 deseo que ésta virgencita continúe en la familia. Para

 siempre. Que no se pierda ni se separe de nosotros

 porque, yo que no creo mucho en los milagros, asegu-

 ro que que a lo largo de mis actuales 88 años de vi-

 da, ha sido muy clara su ayuda en esos momentos

 difíciles en que desesperadamente se clama por ella.

         No me la abandoneis, que siempre ha estado

        conmigo. Entre vosotros, ponéos de acuerdo y

            que alguno se la lleve a casa...

                 Y que siga con los hijos de los hijos.

                       Siempre. Para siempre.

                         Vuestro padre Fernando.

 

 

Espero que lo cumplais.

 

 

 

 

 

 

‑La vida es una etapa mas o menos corta por la que hemos de pasar los muertos. Su finalidad es conocer a las personas con las de hemos de conmorir el resto de nuestra muerte.

(falvearc)

lunes, 28 de enero de 2013

Escapada a París

Mayo, 2009... unos días antes de examinarme de francés en la E. O. de Idiomas... lengua que me puse a estudiar por puro capricho, porque me gusta... y ¿qué mejor que escaparse un fin de semana a París para practicar? Así que, tras una ojeada rápida por las opciones más baratas, en plan low-cost , una amiga de clase y yo nos propusimos practicar in situ, bueno... realmente cualquier excusa es buena para escaparse a París.

Tras el viaje, con un montón de fotos —y empapada del ambiente parisino— hice este montaje que me traerá siempre buenos recuerdos... ¡y además aprobamos francés!


Supongo que con tanto convertir a un formato y a otro, la calidad de imágenes habrá perdido bastante, pero de paso pruebo a subir mi primer video a un blog.


domingo, 27 de enero de 2013

Tomado de un genial cartel mural de la O.N.C.E. (1991):


 “ El amor es invisible:  ¡Vívelo! Las cosas más bellas son invisibles. “

Fantástico...!

Mar o viento. Para ti, Isabel...


                                                               Quisiera
                                                                              ser el viento,
                                                                              quisiera ser
                                                                              el mar,
                                                                              besar
                                                                              tu cara y tu sonrisa;
                                                                              como brisa,
                                                                              con tu pelo jugar
                                                                              y decirte al oido
                                                                              lo que siento,
                                                                              lo que te puedo amar...

                                                                  Mar o viento,
                                                                              viento o mar,
                                                                              si lo fuera
                                                                              pudiera
                                                                              filtrarme entre tu ropa                   
                                                                               tu cuerpo acariciar,
                                                                              de amor,.. volverte loca
                                                                              y devolverte al mar... 
                                                                                                                                   (falvearc)

La belleza

          


                                                                                                      Para Elena (28 de Junio de 2014).


      Un día, hace ya muchos, muchos años, Dios se levantó con ganas de trabajar, con ganas de hacer algo nuevo. Ya había hecho el Universo, pero pensó que estaba vacío, y que había que añadirle algo. Aún no lo tenía muy claro…Era pronto en el Universo y aún no lo tenía muy claro…

            Y, andando, andando, se dirigió a su taller, el de la Vía Láctea. Con mil ideas en su cabeza…cogió el material necesario, barro de la Tierra, y en una mesa se puso a moldearlo de acuerdo con lo que en sueños había pergeñado…Hizo una cosa rara y, cuando la terminó la llamó “Hombre”.

            No quedó muy a gusto de su obra. No estaba mal, pero no le convencía demasiado…Y torció el gesto. No: no parecía la realización de un Dios, ni era demasiado bonita…

            Se sentó a pensar un poco. De pronto, como empujado por un resorte y con su cara sonriente, se levantó y fue a buscar otro poco de material.

            Nervioso, fue  moldeándolo poco a poco, retocando, corrigiendo, cambiando… Curiosamente, modeló algo muy parecido a lo que acababa de hacer…

            Mientras Dios modelaba, el taller se iba llenando de una extraña luz. Haciendo un gigantesco y brillante esfuerzo de imaginación, Dios modelaba y terminaba su nueva figura…

            Aunque muy parecidas, estaba claro que la nueva figura creada le había resultado incomparablemente mas hermosa que el “Hombre”. Dios, entusiasmado con lo conseguido, no dejaba de contemplarla…porque, con un gran esfuerzo, había conseguido volcar en ella toda su infinita capacidad de crear belleza. Y la llamó…”Mujer”.

Por eso, nada hay en el universo más bello que un cuerpo de mujer.


Y si sabes todo eso… ¿Puedes decirme entonces qué es el amor…?

Sí, claro: El amor no es más que una mínima partícula de esa belleza que le es dado al hombre percibir… El amor, siendo maravilloso, comparado con la belleza que lo engendra…no es nada. Diríamos que…casi la empaña…Verás: Yo, antes que de amor, de la mujer, prefiero disfrutar y me basta la contemplación de esa belleza infinita que Dios metió en su cuerpo….

           

(falvearc)

           

-Paradójicamente, para mí, la perfección es abominable por imperfecta. No me gusta la perfección. No me gustan las personas perfectas. Quizá porque no son humanas...
(falvearc)


‑Un hombre tiene la edad que tienen sus admiradoras.
(falvearc)